Estados Unidos: maestros de la tortura (publicada en 2004)



En 1946 Estados Unidos fundó en Panamá la Escuela de las Américas (SOA), con la supuesta intención de promover la estabilidad en América Latina. Entre otras ilustres personalidades la Escuela, a cargo del Pentágono, produjo varios de los más sanguinarios dictadores de América Latina:  Manuel Noriega, expresidente de Panamá recluido en una cárcel de los Estados Unidos, ex agente de la CIA; Hugo Bánzer, dictador militar de Bolivia, reprimió salvajemente a los mineros –la Escuela galardonó a Banzer por sus éxitos-; José Efraín Ríos Montt, ex dictador fascista, cristiano “renacido”- en los primeros meses de su gobierno el ejército asesinó de forma brutal a más de 2600 campesinos indígenas y la cifra aumentó vertiginosamente en el conflicto interno; General Leopoldo Galtieri (Argentina) líder de la junta militar que practicaba con frecuencia el asesinato de personas tiradas al mar desde un helicóptero... El catálogo de torturadores no cabe en este fragmento.
Además, la Escuela ha dedicado su larguísima vida al adiestramiento de miles de soldados. Entre 1984 y 1992, 6844 militares del ejército colombiano eran entrenados bajo el auspicio de un Programa Internacional de Adiestramiento. Dicho Programa dirigido a los oficiales del ejército es el más importante de todo el hemisferio y la ayuda militar que proporciona EEUU a Colombia constituye la mitad del total destinado al hemisferio sur. Los norteamericanos “luchan” contra el narcotráfico colombiano. La lista de apoyo armamentístico a determinados países del Sur no cabe en este fragmento. 

Recuerdo muy bien que los niños guatemaltecos que vivían en comunidades indígenas desplazadas, después de perder a su familia, se paralizaban si oían el ruido de un helicóptero. El ejército aterrizaba y masacraba a la población desarmada: Las técnicas de tortura que utilizaron no pueden contarse en este fragmento. Pero sí están presentes en la historia de Guatemala.

Puede que no nos importe la responsabilidad moral de los diversos gobiernos que han apoyado el genocidio de la población civil.
La ocupación, justificada siempre por EEUU, por motivos morales y humanos forma parte de su cinismo. Cabrea reconocer que no tenemos buena memoria. El objetivo de la tortura es producir miedo, no lograr la verdad y los ejércitos estadounidenses tienen una probada tradición en este campo.

Los nombres de mujeres, niños y hombres asesinados y torturados por ejércitos y escuadrones paramilitares adiestrados por EEUU no caben en este fragmento.

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