SOBRE EL "JUICIO" DE LA MANADA


La sentencia a estos cinco hijos de puta, que ven a la mujer como una cosa, corrobora solamente que el sistema judicial está plagado de jueces y magistrados,  que provienen de una educación conservadora, profundamente machista, legado de lo que el propio sistema democrático nos ha dejado. En el imaginario común de estos magistrados, la mujer no solo debía haber dicho que no, la mujer tenía que morir. Y aún muerta sería juzgada. 

La brutalidad de un sistema que permite que un despreciable diga públicamente en un juzgado, sin ninguna consecuencia para su persona “no veo signo alguno de violencia, fuerza, o brusquedad ejercida por parte de los varones sobre la mujer”, no prueba  más que lo podrido de su persona y el daño infinito que juicios análogos podrian suponer para otras personas.

Los jueces, como alguno que he conocido a lo largo de mi vida, interpretan la ley, la ley les permite interpretar y en esto está la letra pequeña y la subjetividad del juez, que por mucho que insista en su imparcialidad, en realidad, opera y actúa desde sus más profundas convicciones, porque su imparcialidad no existe. No puede existir  desde el momento en que se permite  aseverar en semejante contexto, la cosa despreciable Ricardo González, “no puedo interpretar en sus gestos, ni en sus palabras (en lo que me han resultado audibles) intención de burla, desprecio, humillación, mofa o jactancia de ninguna clase”. 

Y no satisfecho aún con el vómito añade: “Tampoco percibo signo alguno de pudor en ella”. Pudor. Esta palabra que seguramente González desconoce absolutamente. Si cinco tíos te rodean en un portal y te violan, no hay pudor, hay asco, hay miedo y hay ganas de que terminen. 

El mierda González, solo preparó el terreno para lo que se nos venía encima. No hay género de duda, no hay nada que probar, no hay  nada que decir, la mujer ha sido violada, ofendida, difamada,  juzgada… pero ha sobrevivido. Ahí está su falta ante semejante círculo. Sobrevivió y para los jueces de mierda de este país, para los maltratadores y los violadores, eso no puede ser. No puede ser que sonría, tenga un ejército detrás que apoye a la mujer y toda la fuerza de la verdadera moral, de la justicia y sobre todo, Hijos de Puta, de la humanidad, la humanidad inherente al ser humano que sabe lo que nunca en ninguna circunstancia, ningún ser humano debería vivir.

Los hijos de puta se quedarán en la calle en muy poco tiempo. Ahora lo que hay que hacer es insistir y pelear en que eso no sea así. Si a alguien se le ocurriera algo, háganmelo saber, porque tengo la profunda convicción de que esto no debe terminar aquí. No debemos permitir que esto pase, y que la justicia lo juzgue desde su perspectiva más laxa, emitiendo sentencias de "ABUSO", que son irrisorias. Porque nos sentimos insultados e insultadas y muy impotentes ante semejante situación. Y si la desobediencia civil es el camino, muy bienvenido sea. Ahora, como con otras situaciones, es más que necesario. 

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